vamos dulzura, dímelo.
Si de verdad me necesitas,
solo estira tu brazo y acaríciame,
vamos cielo, dímelo."
Los 70 y 80 me inundaron de torrentes desbordados en los que aún me dejo arrastrar. Muchos no saben salir de ellos. No esperadme en la orilla, sé navegar en mi viejo velero.