miércoles, 17 de septiembre de 2014
A HORSE WITH NO NAME
Se inspiró en un cuadro de Dalí, presente en la grabación. Se decía que era una alusión al consumo de heroína. También que parecía una interpretación de Neil Young. Que su letra era repetitiva y sin fondo. ¿Un niño tomando ácido? Pero llegó a a ser número uno en USA, disco de platino y temas de numerosas películas. América creó algo inmortal y que me llena de recuerdos, de vida y carreteras por descubrir a lomos de un caballo sin nombre. Fiestas en su atardecer me llevan a oírla una y mil veces junto a un cabello ajeno en mi rostro mientras hablo en su oído dulcemente. Volveré solo a casa recordándolo mientras conduzco por esa carretera. El aire de la tarde me da en mi rostro mientras le sonrío.
lunes, 8 de septiembre de 2014
EL RUISEÑOR
EL RUISEÑOR.
6.30 horas paralelo sur
de la ciudad. Como un gigante, repetitivo y predecible, la gran ciudad se
despertaba perezosamente con sus mismos movimientos. El tráfico, comenzaba a
ser denso, las luces empezaban a encenderse en las casas y los ruidos
aumentaban progresivamente, poco a poco
pero imparablemente aquel ser de cemento
y acero se encaminaba a la rutina de siempre. En unas de sus muchas calles aún
en media penumbra y grises por un cielo todavía sin despertar, un hombre
cobijado dentro del cuello levantado de su gabardina caminaba por la acera
mojada de lluvia nocturna, sabiendo que iba a ver en cada esquina porque cada
día pasaba por ellas. Cumplía con su faceta cotidiana de rellenar el paisaje en
aquel lugar y a esas horas en cada mañana. Rostros serios, adormecidos y
enfadados por tener que madrugar, tener que hacer cada día lo mismo, el dichoso
trabajo de siempre, el tener que ir al colegio sin saberse las dichosas
matemáticas o al mercado con el carrito a la espera inútil de que ese día los precios hayan bajado o ancianos para ser los primeros en el ambulatorio, eran
los motivos que empujaban a la calle a hacerlo una y otra vez.
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